martes, 13 de noviembre de 2012

Portugal se prepara para la huelga del 14N repudiando la visita de Merkel




 



El cinismo no podía ser mayor. A pocos días del anuncio de un recorte brutal en el presupuesto del año 2013 por parte del gobierno conservador de Passos Coelho en Portugal, la canciller alemana, Angela Merkel, llegó al país junto con un grupo de “inspectores” de la Troika (Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).

El lunes 12/11, mientras Merkel se entrevistaba con empresarios portugueses, los técnicos de la Troika iniciaron la sexta inspección sobre la economía lusa para analizar “la ejecución del programa de ajustes y reformas” acordado con el ex primer ministro José Sócrates (del Partido Socialista) y continuado por Passos Coelho, a cambio de un “rescate” de 78.000 millones de euros pactado en mayo de 2011.

La visita de Merkel y la “misión” de la Troika no dejan dudas sobre el carácter abiertamente intervencionista y avasallador de la soberanía de Portugal, que es aceptado tanto por los conservadores como por los “socialistas”.

El gobierno de Passos Coelho coincide plenamente con Merkel en el cumplimiento a rajatabla de los objetivos de déficit fiscal y en los recortes del gasto público. En una conferencia de prensa conjunta ambos subrayaron la “necesidad de cumplir los programas de ajuste en marcha para que Europa recupere la plena confianza de los mercados y los inversores”.

Este clima “fraternal” sin embargo no es el mismo que se respiraba en las calles donde en el marco de un enorme operativo policial se realizaron varios actos de protesta contra la visita de Merkel y la Troika. Tan es así que para evitar las movilizaciones, la reunión entre Passos Coelho y la canciller alemana se realizó en un fuerte militar a veinte kilómetros de Lisboa.

A pocos días de la tercera huelga general contra los planes de austeridad que se va a realizar el miércoles 14 de noviembre y que va a confluir con acciones similares en otros países de la UE, distintas organizaciones sociales, políticas, intelectuales y sindicales llamaron a movilizarse contra la visita de Merkel.

Bajo el lema “Merkel no manda aquí”, se organizaron acciones en Lisboa y otras ciudades. En la capital un grupo de manifestantes se enfrentó con la policía al tirar las vallas que protegían el Centro Cultural de Belém (CCB), donde se realizaba un encuentro de la canciller junto a empresarios portugueses y alemanes.


Las marchas de septiembre y la huelga del 14N

Portugal vive la recesión económica más profunda desde la década del ’70. Su economía cayó el 1,7 % en 2011 y se estima que pierda un 3 % este año, lo que se suma a una tasa de desempleo histórica superior al 15 % (que se duplica entre los jóvenes).

Contra esta situación y el anuncio de un nuevo ajuste que reducía directamente un 7% los salarios de los trabajadores, las calles de Portugal dijeron basta durante el mes de septiembre.

Dos movilizaciones multitudinarias, inundaron las plazas de las principales ciudades el 15 y 21 de septiembre, obligando al gobierno de Passos Coelho a dar marcha atrás en el ajuste anunciado, conocido como TSU.
Por primera vez desde que se iniciaron los planes de austeridad los trabajadores y el pueblo en las calles lograron derrotar un ajuste, convirtiéndose en un enorme ejemplo para la lucha de los trabajadores de los otros países de la UE.

Esta victoria se logró a pesar de las políticas conciliadoras de las direcciones sindicales mayoritarias, que tienen en todos los países la misma política de llamar a huelgas o acciones aisladas jugando un rol de contención para evitar la caída de los gobiernos, y desarticulando la resistencia a los planes de ajuste. Sin embargo el peso de las masas en la calle y el anuncio del gobierno conservador de intentar pasar el ajuste vía un recorte en el presupuesto de 2013 hicieron que Portugal sea el primer país en convocar a la huelga general del 14N, a la que luego se sumaron otros países, sobre todo, del sur europeo.



Las direcciones sindicales y la izquierda parlamentaria

La huelga del 14N fue convocada originalmente por la CGTP, una de las principales centrales sindicales (afín al Partido Comunista), como una huelga más de 24Hs que no prometía tener continuidad ni establecer un programa obrero para acabar con el ajuste conservador, ni mucho menos con el gobierno de Passos Coelho. Pero los anuncios del gobierno conservador sobre el nuevo plan de recortes en el presupuesto de 2013, volvieron a recalentar el ambiente sumando a amplios sectores a la medida de fuerza que no solo incluye a las organizaciones sociales y políticas que se manifestaron durante las jornadas de septiembre -agrupadas en la coalición “Que se lixe a troika" (“A la mierda la troika”)-, sino también a varios sindicatos que forman parte de la otra central obrera importante, la UGT, que se ha negado a convocar a la huelga.

La dirección de la UGT que responde al Partido Socialista, viene de apoyar los ajustes que se realizaron bajo el anterior gobierno de José Sócrates y firmó un acuerdo de “Competitividad, crecimiento y empleo” con el gobierno y los empresarios cuando a principios de este año se empezaba a discutir una reforma laboral antiobrera para abaratar los despidos y los costos de contratación. Actúa en consonancia con el Partido Socialista que desde el parlamento viene sosteniendo al debilitado gobierno de Passos Coelho y aunque cuestiona tímidamente algunos puntos del nuevo presupuesto se niega por todos los medios a quitarle el apoyo parlamentario.

No es de extrañar entonces que al menos 23 sindicatos que se encuentran bajo la orbita de la UGT hayan desoído a la dirección de la federación y llamen a parar el 14N.

Por su parte la izquierda parlamentaria, representada por el Partido Comunista (en la Coalición Democrática Unitaria1) y el Bloque de Izquierda2 (BE) , con 16 y 8 bancas respectivamente, se limita a llevar el descontento de las calles al callejón sin salida del parlamento. Tras las movilizaciones de septiembre presentaron por separado dos mociones de censura contra el gobierno de Passos Coelho, lo que no significaba más que una formalidad ya que la coalición gobernante con el apoyo del PS mantiene la mayoría en el parlamento. Ambas organizaciones cuestionan los recortes anunciados en el presupuesto de 2013 que ya se votaron en general y van a ser tratados en particular el 27 de noviembre, pero sin embargo no levantan ni una política ni un programa para iniciar un plan de lucha que incluya una huelga general por tiempo indeterminado hasta acabar con el ajuste y el gobierno conservador. A pesar de contar con un gran respaldo entre los trabajadores y las organizaciones sociales que se movilizan, tanto el PCP como el BE no tienen el objetivo de acabar con Passos Coelho por medio de la movilización de los trabajadores y el pueblo. La perspectiva del BE es la aumentar su caudal electoral pronunciándose por la formación de un “gobierno de izquierda”, similar a la política de Syriza en Grecia, mientras que el PCP por medio de su dirigente en la CGTP, Arménio Carlos, se limitó a “exigir al gobierno que le pida a la troika más tiempo para reducir el déficit presupuestario”, en una política más abiertamente reformista.

A pesar de los limites que imponen el reformismo, la burocracia y la izquierda parlamentaria, el 14N se preanuncia como una jornada multitudinaria. Además de la huelga general que a esta altura promete paralizar el país se realizarán al menos 39 concentraciones y movilizaciones en diferentes ciudades.

Los trabajadores y el pueblo de Portugal ya se anotaron una victoria durante las jornadas de septiembre que terminaron con el plan de ajuste del TSU. La simpatía generalizada hacia la jornada del 14N que excede ampliamente a la CGTP hace necesaria la pelea por una huelga general por tiempo indeterminado, que supere a las direcciones conciliadoras y luche por acabar en las calles con el gobierno de Passos Coelho y los planes de ajuste de la troika.


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1) Coalición electoral formada por el Partido Comunista Portugués, el Partido Ecologista e Intervención Democrática.
2) Organización política reformista fundada en 1999 con una ruptura del PCP junto a organizaciones de origen maoísta y trotskista. Varios de sus dirigentes históricos hoy llaman a formar una coalición con el PCP tomando como referente a la organización griega Syriza.  

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