martes, 13 de noviembre de 2012

Portugal se prepara para la huelga del 14N repudiando la visita de Merkel




 



El cinismo no podía ser mayor. A pocos días del anuncio de un recorte brutal en el presupuesto del año 2013 por parte del gobierno conservador de Passos Coelho en Portugal, la canciller alemana, Angela Merkel, llegó al país junto con un grupo de “inspectores” de la Troika (Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional).

El lunes 12/11, mientras Merkel se entrevistaba con empresarios portugueses, los técnicos de la Troika iniciaron la sexta inspección sobre la economía lusa para analizar “la ejecución del programa de ajustes y reformas” acordado con el ex primer ministro José Sócrates (del Partido Socialista) y continuado por Passos Coelho, a cambio de un “rescate” de 78.000 millones de euros pactado en mayo de 2011.

La visita de Merkel y la “misión” de la Troika no dejan dudas sobre el carácter abiertamente intervencionista y avasallador de la soberanía de Portugal, que es aceptado tanto por los conservadores como por los “socialistas”.

El gobierno de Passos Coelho coincide plenamente con Merkel en el cumplimiento a rajatabla de los objetivos de déficit fiscal y en los recortes del gasto público. En una conferencia de prensa conjunta ambos subrayaron la “necesidad de cumplir los programas de ajuste en marcha para que Europa recupere la plena confianza de los mercados y los inversores”.

Este clima “fraternal” sin embargo no es el mismo que se respiraba en las calles donde en el marco de un enorme operativo policial se realizaron varios actos de protesta contra la visita de Merkel y la Troika. Tan es así que para evitar las movilizaciones, la reunión entre Passos Coelho y la canciller alemana se realizó en un fuerte militar a veinte kilómetros de Lisboa.

A pocos días de la tercera huelga general contra los planes de austeridad que se va a realizar el miércoles 14 de noviembre y que va a confluir con acciones similares en otros países de la UE, distintas organizaciones sociales, políticas, intelectuales y sindicales llamaron a movilizarse contra la visita de Merkel.

Bajo el lema “Merkel no manda aquí”, se organizaron acciones en Lisboa y otras ciudades. En la capital un grupo de manifestantes se enfrentó con la policía al tirar las vallas que protegían el Centro Cultural de Belém (CCB), donde se realizaba un encuentro de la canciller junto a empresarios portugueses y alemanes.


Las marchas de septiembre y la huelga del 14N

Portugal vive la recesión económica más profunda desde la década del ’70. Su economía cayó el 1,7 % en 2011 y se estima que pierda un 3 % este año, lo que se suma a una tasa de desempleo histórica superior al 15 % (que se duplica entre los jóvenes).

Contra esta situación y el anuncio de un nuevo ajuste que reducía directamente un 7% los salarios de los trabajadores, las calles de Portugal dijeron basta durante el mes de septiembre.

Dos movilizaciones multitudinarias, inundaron las plazas de las principales ciudades el 15 y 21 de septiembre, obligando al gobierno de Passos Coelho a dar marcha atrás en el ajuste anunciado, conocido como TSU.
Por primera vez desde que se iniciaron los planes de austeridad los trabajadores y el pueblo en las calles lograron derrotar un ajuste, convirtiéndose en un enorme ejemplo para la lucha de los trabajadores de los otros países de la UE.

Esta victoria se logró a pesar de las políticas conciliadoras de las direcciones sindicales mayoritarias, que tienen en todos los países la misma política de llamar a huelgas o acciones aisladas jugando un rol de contención para evitar la caída de los gobiernos, y desarticulando la resistencia a los planes de ajuste. Sin embargo el peso de las masas en la calle y el anuncio del gobierno conservador de intentar pasar el ajuste vía un recorte en el presupuesto de 2013 hicieron que Portugal sea el primer país en convocar a la huelga general del 14N, a la que luego se sumaron otros países, sobre todo, del sur europeo.



Las direcciones sindicales y la izquierda parlamentaria

La huelga del 14N fue convocada originalmente por la CGTP, una de las principales centrales sindicales (afín al Partido Comunista), como una huelga más de 24Hs que no prometía tener continuidad ni establecer un programa obrero para acabar con el ajuste conservador, ni mucho menos con el gobierno de Passos Coelho. Pero los anuncios del gobierno conservador sobre el nuevo plan de recortes en el presupuesto de 2013, volvieron a recalentar el ambiente sumando a amplios sectores a la medida de fuerza que no solo incluye a las organizaciones sociales y políticas que se manifestaron durante las jornadas de septiembre -agrupadas en la coalición “Que se lixe a troika" (“A la mierda la troika”)-, sino también a varios sindicatos que forman parte de la otra central obrera importante, la UGT, que se ha negado a convocar a la huelga.

La dirección de la UGT que responde al Partido Socialista, viene de apoyar los ajustes que se realizaron bajo el anterior gobierno de José Sócrates y firmó un acuerdo de “Competitividad, crecimiento y empleo” con el gobierno y los empresarios cuando a principios de este año se empezaba a discutir una reforma laboral antiobrera para abaratar los despidos y los costos de contratación. Actúa en consonancia con el Partido Socialista que desde el parlamento viene sosteniendo al debilitado gobierno de Passos Coelho y aunque cuestiona tímidamente algunos puntos del nuevo presupuesto se niega por todos los medios a quitarle el apoyo parlamentario.

No es de extrañar entonces que al menos 23 sindicatos que se encuentran bajo la orbita de la UGT hayan desoído a la dirección de la federación y llamen a parar el 14N.

Por su parte la izquierda parlamentaria, representada por el Partido Comunista (en la Coalición Democrática Unitaria1) y el Bloque de Izquierda2 (BE) , con 16 y 8 bancas respectivamente, se limita a llevar el descontento de las calles al callejón sin salida del parlamento. Tras las movilizaciones de septiembre presentaron por separado dos mociones de censura contra el gobierno de Passos Coelho, lo que no significaba más que una formalidad ya que la coalición gobernante con el apoyo del PS mantiene la mayoría en el parlamento. Ambas organizaciones cuestionan los recortes anunciados en el presupuesto de 2013 que ya se votaron en general y van a ser tratados en particular el 27 de noviembre, pero sin embargo no levantan ni una política ni un programa para iniciar un plan de lucha que incluya una huelga general por tiempo indeterminado hasta acabar con el ajuste y el gobierno conservador. A pesar de contar con un gran respaldo entre los trabajadores y las organizaciones sociales que se movilizan, tanto el PCP como el BE no tienen el objetivo de acabar con Passos Coelho por medio de la movilización de los trabajadores y el pueblo. La perspectiva del BE es la aumentar su caudal electoral pronunciándose por la formación de un “gobierno de izquierda”, similar a la política de Syriza en Grecia, mientras que el PCP por medio de su dirigente en la CGTP, Arménio Carlos, se limitó a “exigir al gobierno que le pida a la troika más tiempo para reducir el déficit presupuestario”, en una política más abiertamente reformista.

A pesar de los limites que imponen el reformismo, la burocracia y la izquierda parlamentaria, el 14N se preanuncia como una jornada multitudinaria. Además de la huelga general que a esta altura promete paralizar el país se realizarán al menos 39 concentraciones y movilizaciones en diferentes ciudades.

Los trabajadores y el pueblo de Portugal ya se anotaron una victoria durante las jornadas de septiembre que terminaron con el plan de ajuste del TSU. La simpatía generalizada hacia la jornada del 14N que excede ampliamente a la CGTP hace necesaria la pelea por una huelga general por tiempo indeterminado, que supere a las direcciones conciliadoras y luche por acabar en las calles con el gobierno de Passos Coelho y los planes de ajuste de la troika.


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1) Coalición electoral formada por el Partido Comunista Portugués, el Partido Ecologista e Intervención Democrática.
2) Organización política reformista fundada en 1999 con una ruptura del PCP junto a organizaciones de origen maoísta y trotskista. Varios de sus dirigentes históricos hoy llaman a formar una coalición con el PCP tomando como referente a la organización griega Syriza.  

martes, 2 de octubre de 2012

La ultra derecha griega y las tareas de la clase obrera

GreeceGoldenDawn



En este artículo se puede encontrar una detallada crónica de cómo la extrema derecha griega de Amanecer Dorado cumple el rol de la policía, apalea inmigrantes y presta servicios sociales a los griegos de "pura raza". 

Hace poco más de un mes la coalición de gobierno Griega, encabezada por Samarás, anunció la deportación masiva de inmigrantes y el grupo neonazi Amanecer Dorado salió gustoso a las calles a perseguirlos. 

Ni las direcciones sindicales mayoritarias (ADEDY y GSEE, ligadas al PASOK), ni el PAME (ligado al Partido Comunista), ni la coalición reformista Syriza (que acaba de salir segundo en las últimas elecciones y al que muchos grupos de izquierda a nivel mundial pusieron como ejemplo a seguir), llamaron a acciones contundentes para frenar este ataque. Más allá de declaraciones generales de desaprobación, ni los sindicatos, ni el PC, ni Syriza fueron capaces de convocar a una acción conjunta en las calle, ni paros ni movilizaciones para enfrentar esta política fascista contra los inmigrantes que son el sec
tor más explotado y oprimido del país. De esa manera no hicieron más que fortalecer a Amanecer Dorado que según algunas encuestas hoy duplicaría la aprobación que tenía unos meses atrás (de 12% a 22%). 



La vía libre a los grupos neonazis, que hoy persiguen a los inmigrantes y emplean políticas populistas y demagógicas para ganarse a sectores de la población frente a la bancarrota estatal, no puede ser más que la antesala de la persecución a los activistas, las organizaciones obreras y de la izquierda.



Tanto la política autoproclamatoria del PC, que rechaza hacer acciones conjuntas con los sindicatos mayoritarios, como la política reformista de Syriza que le impide enfrentarse resueltamente a estos fenómenos aberrantes, como el de Amanecer Dorado, no pueden significar nada bueno para los trabajadores griegos. Por el contrario la profundización de la crisis hace necesario el desarrollo de un frente único obrero en las calles que enfrente los planes de ajuste de la coalición gobernante y que empiece por levantar como primera consigna la defensa irrestrícta de los inmigrantes organizando las formas de la autodefensa que sean necesarias para hacer frente a los grupos neonazis. 



Solo acciones de este tipo, que empiecen por la unidad de las filas obreras y por enfrentar los ataques de la extrema derecha, podrán imprimir una profunda confianza entre los trabajadores en sus propias fuerzas a la vez que aparecer ante el conjunto de la sociedad como una fuerza social y política capaz de enfrentar al gobierno y dar respuesta a los padecimientos de las masas ante la profunda crisis económica, social y política que vive el país.



viernes, 28 de septiembre de 2012

Portugal: la movilización hace retroceder el ajuste






Dos movilizaciones multitudinarias hicieron retroceder al gobierno del primer ministro conservador de Portugal, Pedro Passos Coelho, en su intención de aplicar un ataque directo sobre el salario de los trabajadores.

Este ajuste es parte de los planes de austeridad exigidos por la troika (FMI, BCE y CE) a cambio del “rescate” por 78.000 millones de euros negociados en mayo de 2011.

Tanto Passos Coelho, como su antecesor José Sócrates (del Partido Socialista), ya habían iniciado un brutal ataque sobre los trabajadores congelando las pensiones y los salarios de empleados públicos, reduciendo las prestaciones por desempleo, recortando el presupuesto en salud y aumentando el impuesto al valor agregado (IVA) de 21% a 23%.

El nuevo ajuste que había anunciado Passos Coelho a principios de septiembre significaba una reducción directa del 7% sobre el salario mensual de todos los trabajadores (lo que en términos anuales implicaba la eliminación de un sueldo completo), a la vez que transfería esa enorme masa de dinero directamente hacia los empresarios.

Bajo el cínico argumento de establecer una “contribución equitativa” el gobierno anunció una Tasa Social Única (TSU) que consistía en aumentar las contribuciones de los trabajadores para la Seguridad Social de un 11% a un 18%, al mismo tiempo que reducía la tasa de las empresas de 23,75% al 18%.

Imposible dejar más claro el objetivo de la burguesía de descargar la crisis sobre la espalda de la clase obrera.

Este nuevo ataque generó una ola de repudio entre los trabajadores, jóvenes y el pueblo de Portugal que se volcaron masivamente a las calles en dos movilizaciones multitudinarias, colmando las plazas de las principales ciudades el 15 y 21 de septiembre.


La acción de los trabajadores y el pueblo hizo retroceder el nuevo ataque

En lo que fueron las movilizaciones más importantes de las últimas décadas los manifestantes tomaron las calles de las principales ciudades e inundaron el centro de Lisboa coreando consignas como “troika no” y “esta es la hora de que el gobierno se vaya”, en un claro repudio a los planes de ajuste y por la renuncia de Passos Coelho.

Esa fuerza arrolladora de cientos de miles de jóvenes, trabajadores, jubilados y desocupados, que se manifestaron en más de 40 ciudades, fue lo que hizo retroceder al gobierno que esta semana anunció la suspensión del TSU.

La anulación de un plan de ajuste ante la movilización de los trabajadores y el pueblo no tiene antecedentes en los últimos años, desde que existen los planes de austeridad supervisados por la troika. Lo más cercano a un retroceso de este tipo fue el demagógico llamado a un referéndum sobre la aplicación del paquete de medidas exigido por la UE por parte del gobierno de Papandreaou en Grecia que terminó con su propia dimisión ante la imposibilidad de pasar el ajuste por la presión de la calle y una coalición gubernamental que se desintegraba. Así y todo esto no implicaba el retroceso de una medida de ajuste ya anunciada como acaba de ocurrir en Portugal.

El ejemplo portugués tiene entonces un enorme valor para los trabajadores y jóvenes del resto de los países de Europa que están saliendo a las calles, sobre todo para los más castigados como Grecia, el Estado español o Italia. Muestra que es posible frenar un ajuste, a pesar de las políticas conciliadoras de las direcciones sindicales mayoritarias, que tienen en todos los países la misma política de llamar a huelgas o acciones aisladas jugando un rol de contención para evitar la caída de los gobiernos, y desarticulando la resistencia a los planes de ajuste.

Esto último es lo que permite que un gobierno que se viene erosionando rápidamente y perdiendo legitimidad como el de Passos Coelho pueda insistir en un nuevo recorte tras la caída del TSU, como lo anunció el miércoles 26/9 al comenzar las discusiones sobre el presupuesto de 2013.


Nuevas movilizaciones

Sin embargo, los trabajadores y el pueblo de Portugal dieron cuenta de esta nueva situación y no solo se niegan a aceptar un nuevo recorte que reemplace al TSU sino que rechazan todo el ajuste previo contra las pensiones, los salarios y la salud.

Para el sábado 29 está llamada una nueva movilización a la que se pliega uno de los principales sindicatos del país, la CGTP.

Los movimientos sociales que organizaron las marchas del 15 y el 21 de septiembre llamaron a la población de Portugal a marchar en Lisboa, para expresar su rechazo a las políticas de recortes presupuestarios y el gobierno de Passos Coelho.

“Portugal se debate entre la presión de la calle y la de la troika”, tituló el diario El País del 26/9, y no se equivocó. La troika le exige al debilitado primer ministro portugués un ajuste en el presupuesto de 2013 equivalente al 25% de toda la masa salarial de los trabajadores públicos del país. Es decir, una guerra abierta contra la clase obrera de Portugal.

Sin duda el gobierno intentará avanzar con nuevos planes de austeridad pero el retroceso en la aplicación del TSU ha significado una gran victoria de las masas movilizadas y ha abierto una nueva relación de fuerzas que difícilmente pueda revertir la actual coalición conservadora.

Las movilizaciones del sábado 29 serán una nueva demostración de fuerzas que hay que seguir con atención.

Resulta interesante reflexionar si el “otoño caliente” que parece estar gestándose con las recientes movilizaciones y huelgas en distintos países de Europa puede preanunciar un momento de inflexión en la situación de ataque brutal contra las masas que vimos en los últimos años.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Huelga General paraliza Grecia contra el nuevo ajuste




Por Diego Dalai y Juan Andrés Gallardo

La huelga general con grandes movilizaciones y combativos choques callejeros contra la represión policial han vuelto a Grecia. El 25/9 se realizó la primera huelga general al recientemente electo gobierno del conservador Antonis Samarás y el verano europeo parece tener un final abrupto. Los trabajadores y el pueblo griego dejaron en claro que no existe “luna de miel” con el gobierno que asumió hace solo tres meses y ante el anuncio de un nuevo ajuste volvieron a salir a las calles. Desde muy temprano 5.000 policías se apostaban en la plaza Syntagma y sus alrededores. La movilización superó las 70.000 personas y se produjeron enfrentamientos que terminaron con más de 120 detenidos y varios heridos.


Nuevos recortes en una delicada situación política

Esta nueva huelga general que paralizó el país fue convocada por las dos principales centrales sindicales contra un nuevo recorte de 13.500 millones de euros que prepara el gobierno en respuesta a las exigencias de la Troika (FMI, BCE y UE). Se trata de destrabar una nueva partida por 31.000 millones de euros del rescate financiero acordado en 2011 (por un total de 130.000 millones). El plan incluye elevar la edad de jubilación a 67 años y más recortes de salarios y pensiones. Así todo, los emisarios de la Troika abandonaron el país porque les parece poco el ajuste (exigían 15.000 millones) y la UE deberá dar el visto bueno al plan en una reunión a realizarse el 8/10.

En el marco de una creciente pobreza, desocupación y precarización laboral, los nuevos recortes pueden erosionar rápidamente la escasa legitimidad del nuevo gobierno. Recordemos que el derechista partido de Samarás, Nueva Democracia, ganó las elecciones con solo el 29,9% de los votos y pudo formar gobierno con el apoyo del desprestigiado PASOK (Partido Socialista), que venía de pasar el ajuste durante los últimos años, e Izquierda Democrática (DIMAR).

El propio ministro de Finanzas griego, el tecnócrata Yannis Sturnaras, alertó que los nuevos recortes pueden poner en peligro la estabilidad del gobierno y sus socios del PASOK y DIMAR manifestaron “reservas” frente a los ajustes.


Descargan la crisis sobre los trabajadores y el pueblo

La economía griega ya lleva 5 años consecutivos de recesión y su PBI ha caído desde entonces más del 30%. Los capitalistas vienen descargando esta crisis sobre las espaldas obreras y populares. A pesar de una dura resistencia que incluyó 18 huelgas generales, grandes movilizaciones sistemáticamente reprimidas y el surgimiento de una combativa juventud en las calles, los planes de ajuste han logrado imponerse hasta ahora con recortes salariales y de pensiones, cientos de miles de despidos y el intento de privatizar las mayores empresas estatales. Esto no se debe a la falta de disposición a la lucha de los trabajadores y el pueblo griego, sino al rol conciliador de las dos principales centrales sindicales, GSEE y ADEDY (ligadas mayoritariamente al PASOK), que sólo llaman a huelgas aisladas, sin continuidad, actuando como mecanismo de presión para negociar los ajustes en lugar de llamar a una huelga general por tiempo indeterminado para acabar con los recortes y las coaliciones de gobierno que los aplican.

A la pérfida política de las dos principales centrales sindicales se suma el Partido Comunista con su central sindical, PAME, que tras una política autoproclamatoria se vino negando en los últimos años a llamar a acciones coordinadas con los sindicatos mayoritarios. De esta manera impidieron durante todo este tiempo que la lucha pegara un salto, sobre todo durante la caída de Papandreu (PASOK) en 2011, para derrotar los planes del gobierno y pasar a la ofensiva para que la crisis la paguen los capitalistas. Ese momento de aguda crisis se resolvió con la imposición de un gobierno "técnico" (no votado en elecciones sino puesto por los banqueros y capitalistas nacionales y extranjeros) encabezado por Lucas Papademos que gozó de unos pocos meses de "impasse" en la explosiva situación griega producto de las expectativas que millones pusieron en las elecciones de mayo de 2012 donde lo novedoso fue la importante elección de la coalición reformista Syriza que se transformó en la segunda fuerza electoral.


Por una salida obrera independiente

Esta coalición centroizquierdista defiende la permanencia de Grecia en el euro, y apostaba a renegociar mejores condiciones con la Troika, manteniendo intacta la subordinación del país a las condiciones de la Unión Europea. Más allá del discurso demagógico que pueda tener, su política no era más que la de intentar negociar las condiciones del mismo ataque que hoy aplica el gobierno de Samarás. La otra salida capitalista a la que algunos, como el PC, apuestan, la salida del euro y la vuelta al dracma que incluiría una fuerte devaluación monetaria, no significa ninguna alternativa para las masas.

Los trabajadores y el pueblo pobre están dando muestras nuevamente de que les sobran fuerzas para enfrentar la ofensiva capitalista. Para vencer, deben orientarse hacia una salida independiente y de clase para que la crisis la paguen los capitalistas. Frente a lo que parece ser el inicio de un “otoño caliente” que recorre Europa, con importantes marchas antigubernamentales en el Estado español y multitudinarias movilizaciones en Portugal, que hicieron retroceder el ajuste del gobierno de Passos Coelho, es indispensable que la lucha por una salida obrera, tanto en Grecia como en el resto de los países, esté íntimamente ligada a la perspectiva de los Estados Unidos Socialistas de Europa.



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Estados Unidos: Histórica huelga docente en Chicago




Por Celeste Murillo y Juan Andrés Gallardo

El 10/9 comenzó la primera huelga docente en 25 años en la ciudad de Chicago. Más de 25.000 maestras, maestros y personal educativo salieron a la calle y mantuvieron la huelga durante 9 días para enfrentar las políticas del alcalde Rahm Emanuel, demócrata y mano derecha durante años de la Casa Blanca durante el gobierno de Bill Clinton y Barack Obama.

Esta huelga vuelve a poner de manifiesto la voluntad del partido Demócrata de hacerles pagar a las y los trabajadores los costos de la crisis, descargando sobre ellos el déficit presupuestario y arremetiendo contra sus derechos elementales. Chicago, como varios estados está en rojo y los primeros en sentir el ajuste son quienes trabajan y utilizan los servicios públicos de salud y educación, que además son beneficiarios de los planes de ayuda. En un escenario de desocupación y creciente pobreza, donde más del 80% de los alumnos de escuelas públicas de Chicago son candidatos al programa de comida gratis en la escuela, demócratas y republicanos vuelven a coincidir en el ataque contra los trabajadores. Esta huelga, que se da como parte de las movilizaciones abiertas con la lucha en defensa de los derechos sindicales en Wisconsin en febrero de 2011, llegó a su fin el martes 18/9 cuando los delegados votaron suspender la medida.

Emanuel ya había anunciado sus intenciones de prolongar la jornada laboral docente en 90 minutos, cambiar el sistema de evaluaciones y atar el empleo docente a las notas de los estudiantes (una especie de sistema de premios y castigos) y cerrar escuelas públicas. Al mismo tiempo, el partido Demócrata viene impulsando junto al partido Republicano una reforma educativa a nivel nacional que no es otra cosa que una privatización encubierta, que desmantela el sistema público para transferir a los alumnos a escuelas privadas subsidiadas por el Estado pero financiadas y controladas por empresas y particulares. El sistema público escolar de Chicago es uno de los más grandes del país, sus alumnos son mayoritariamente afroamericanos y latinos, hijas e hijos de trabajadores y de los sectores populares. La privatización dejará a miles de chicos fuera del sistema escolar, ampliando la brecha que ya existe con los hijos de las familias blancas (padres profesionales, mayor ingreso) que asisten a las privadas y egresan del sistema educativo con mayores posibilidades laborales y de acceder a la educación superior. No es casualidad que el apoyo a la huelga haya sido mayoritario entre afroamericanos y latinos, no solo porque sus hijas e hijos asisten a la escuela pública sino también porque en estas comunidades es mayoritaria también la idea de que los trabajadores tienen mejores condiciones laborales cuando están organizados en sindicatos. Una encuesta mostró que el 66% de los padres con hijos/as en la escuela pública apoyan la huelga (en general el 55,5% de los habitantes de Chicago apoyan la huelga); y entre los afroamericanos el apoyo es del 63% y entre los latinos 65%. En cambio, los padres con hijos/as en privadas (cuya mayoría -52%- es blanca) están mayoritariamente en contra de la huelga. La brecha de clase que existe entre las escuelas públicas y privadas es cada vez más grande: la mayoría de los niños y niñas que asisten a la escuela pública es afroamericana y latina, y son de familias trabajadoras y pobres.

El sindicato docente CTU (por sus siglas en inglés) trató de evitar la huelga a toda costa. Los 25.000 afiliados del CTU ya habían demostrado su voluntad de salir a defender sus derechos desde hace meses cuando la dirección realizó la primera votación (en EEUU existen múltiples trabas legales que hay que superar para ir a la huelga). Y volvieron a demostrar esta disposición el lunes 10/9 con piquetes y bloqueos en todas las escuelas y la posterior multitudinaria movilización al centro de Chicago. La huelga contó con un amplio apoyo, a pesar de la campaña antisindical del gobierno demócrata y el silencio cómplice de Obama. La base del sindicato docente es votante demócrata y ha apoyado y apoya la campaña de Obama, por eso lo llamaban a que se “sume a los piquetes de huelga” (cosa que por supuesto Obama no hizo y al contrario respaldó a Emanuel). En medio de la campaña electoral, esta situación de “descontento” con la política de Obama por parte de un sector que es base social histórica del Partido Demócrata fue aprovechada por el candidato republicano, Romney, que salió a atacar la huelga e intentó y aprovechó para reafirmar que los trabajadores organizados en sindicatos son una traba para avanzar en cualquier reforma, recalcando los “avances” que significaron los ataques contra el derecho a huelga y los convenios colectivos en Wisconsin y New Jersey (ambos estados gobernados por republicanos). La tensión existente entre la burocracia docente (por presión de su base) y los demócratas se suma a las divisiones provocadas por la discusión de la reforma educativa, impulsada en varias ciudades por alcaldes demócratas, no solo en Chicago, sino también en Boston, Cleveland y Los Ángeles.

En el caso de Chicago, el alcalde Emanuel desató una campaña contra los docentes desde que se presentó a elecciones, para liquidar sus conquistas, culpándolos por los problemas en las escuelas, deterioradas y en crisis por el bajo presupuesto. Los trabajadores de Chicago, que tienen una larga historia de combatividad, conocen muy bien de lo que son capaces los alcaldes y políticos patronales cuando se ven amenazados. No hay que olvidar que en Chicago fueron llevados a la horca los “Mártires de Chicago” que lucharon por la jornada de ocho horas en 1887 y por los que se celebra mundialmente (menos en EEUU) el día del trabajador; diez huelguistas fueron asesinados durante la huelga de “Little Steel” 1937, y en 1969 fueron asesinados en la ciudad los activistas por los derechos civiles Fred Hampton and Mark Clark, ambos militantes de los Panteras Negras.


La lucha de Wisconsin como bisagra para el surgimiento de nuevos fenómenos

La huelga de Chicago se inscribe en un escenario de profunda crisis social, provocada por la crisis financiera desatada en 2008. Durante estos años, los trabajadores, una minoría de ellos sindicalizados, base electoral del partido Demócrata, han visto a Obama desembolsar millonarios rescates para salvar a bancos y empresas mientras millones sufren el desempleo y los bajos salarios. Dos hechos ilustran las consecuencias de la crisis durante estos años para los trabajadores. El primero, cuando las “Tres Grandes” automotrices (General Motors, Chrysler y Ford) solicitaron un plan de rescate al gobierno: en ese momento, Obama les dijo que para salir de la crisis era necesario que “todos, desde el movimiento obrero hasta los gerentes, acreedores y accionistas renuncien a algo”. Pero los únicos que “renunciaron” a algo fueron los trabajadores, la burocracia del UAW (sindicato automotriz) aceptó rebajas salariales, entregó derechos e hipotecó el futuro de los trabajadores retirados (ver más sobre el acuerdo en “Vergonzoso acuerdo de UAW con General Motors”, http://www.ft-ci.org/spip.php?article1880?lang=es).

El otro es la lucha de Wisconsin, que marcó un antes y un después en las luchas de los trabajadores en Estados Unidos. El ataque a los derechos sindicales, centralmente el derecho a negociar colectivamente, de parte del gobernador republicano Walker puso en pie de lucha a las y los trabajadores públicos, docentes y la juventud que lo enfrentaron. Sin embargo, la política de la dirección sindical y los demócratas de llevar todo al callejón sin salida del Parlamento hizo que la gran lucha de Wisconsin terminara en una derrota (en la que se fortalecieron los propios republicanos, que ganaron las elecciones revocatorias). A pesar de esto, Wisconsin se transformó en un símbolo de la defensa de los derechos de los trabajadores, y su ejemplo de resistencia ha motorizado luchas y movilizaciones en todo el país.

La huelga de Chicago se inscribe en parte de este fenómeno y del primer año de las movilizaciones, bloqueos y protestas del llamado movimiento “Occupy Wall Street” (OWS), cuyo lema “Somos el 99%” cuestiona al 1% multimillonario que se enriqueció mientras millones sufren la pobreza y el desempleo. En algunas ciudades los jóvenes de OWS se unieron a los trabajadores para apoyarlos en sus demandas como fue el caso de la paralización de los puertos en Oakland (y posterior represión, en noviembre de 2011) y la colaboración de jóvenes en Seattle con los trabajadores portuarios el 1º de Mayo pasado , o mismo en Chicago con el apoyo a la lucha de la Republic Windows and Doors ante el intento de cierre de la empresa, donde acudieron los jóvenes de Occupy a instalar sus carpas en apoyo a los trabajadores.


El resultado de la huelga

El martes 18/9 los delegados docentes habían votado la suspensión de la huelga, aunque todavía no se había aprobado el acuerdo tentativo propuesto por la dirección sindical. Desde que comenzó el paro, la dirección sindical hizo varios intentos por cerrar un acuerdo rápido con el alcalde Emanuel y el CPS (el organismo que coordina las escuelas). Finalmente, lograron un “acuerdo tentativo”, que modifica algunas de las intenciones del gobierno local, centralmente en lo que se refiere a la jornada laboral, se propone una escala diferente de aumento salarial (aunque se mantiene que sea diferido en los próximos años), se modifica el sistema de evaluaciones (aunque no se elimina, como querían las y los docentes). También se introdujeron otros cambios relacionados con el seguro de salud, pensiones, los programas y tamaños de las clases. El acuerdo debe ser refrendado con el sindicato. El CTU de Chicago está dirigido por una coalición llamada CORE, donde participan miembros del partido Demócrata y militantes de la ISO (por sus siglas en inglés, Organización Socialista Internacional). Los dos dirigentes más conocidos son Karen Lewis (la cara de todas las negociaciones) y Jesse Sharkey (de la ISO).

La burocracia sindical del CTU siempre estuvo incómoda con la huelga, nunca quiso enfrentarse a los demócratas ni a Emanuel, a pesar de su duro discurso antisindical y antimaestros. Lamentablemente, la ISO no ha planteado una sola alternativa a esta dirección y terminó formando parte de las negociaciones con la ciudad, sin presentar una sola medida de lucha para ir por todas las demandas docentes, dilapidando así la energía de los trabajadores y la gran simpatía con la huelga. De esta forma, terminaron siendo parte de la dirección que, aunque todavía no es directamente cuestionada, sí sufre la sana desconfianza de la base que el domingo 16/9 rechazó la propuesta de la dirección sindical de levantar la huelga el lunes antes de que la base docente pudiera leer el acuerdo. Querían ver con sus propios ojos el acuerdo porque, con razón, desconfían de una dirección que viene negociando hace varios meses con el gobierno de la ciudad. Esta dirección ha limitado todo el tiempo las demandas, aceptando las restricciones que impone el déficit presupuestario ¡como si los trabajadores fueran los culpables!



La dirección del CTU, incluida la ISO, dice que el resultado ha sido una gran victoria, sin hacer ningún balance sobre las concesiones realizadas. A diferencia de esta visión, creemos que todo lo que se ha perdido ha sido resultado de la una política conciliadora e impotente frente a un gobierno que quería ir por todo. Las conquistas que se han mantenido son el resultado de la voluntad de lucha desplegada por los docentes, con el apoyo de los estudiantes y las familias que apoyaron la huelga. Los 9 días de huelga son un hecho enormemente positivo, a pesar de los límites de la burocracia, para el conjunto de los trabajadores en Estados Unidos. Cada vez que se defienden los derechos conquistados se fortalecen todos los trabajadores para enfrentar los ajustes, sin importar que gobiernen demócratas o republicanos. La agudización de la crisis económica internacional promete nuevos y más duros ataques contra los trabajadores. A pesar de los límites que impuso la burocracia, la lucha de los maestros de Chicago muestra que la huelga es el método que tienen los trabajadores para enfrentarlos.



miércoles, 18 de julio de 2012

Oleada de huelgas obreras en Egipto


¿Puede la lucha de la clase obrera abrir un nuevo acto del proceso revolucionario?



Mahalla textile workers


A pocas semanas del triunfo electoral de Mohamed Morsi, el candidato de la Hermandad Musulmana (HM), en las elecciones presidenciales de Egipto, el domingo 15 de julio más de 24.000 trabajadores de la empresa textil estatal Mahalla Misr Spinning and Weaving han iniciado una huelga indefinida en demanda de un aumento de salarios, mayores beneficios al jubilarse y la exigencia de la destitución de los funcionarios del viejo régimen de Mubarak que aún continúan en la dirección de la empresa. Además, piden al gobierno un plan de inversiones para el desarrollo y reconstrucción de conjunto de la industria textil.

Al cumplirse el tercer día de paralización la oleada de huelgas se ha extendido a otras siete fábricas textiles de provincias vecinas como Alejandría y otras dos ciudades del delta del río Nilo, mientras que en Mahalla miles de trabajadores de Spinning and Weaving se encuentran en estado de movilización y varios cientos de ellos ocupan el edificio administrativo de la fábrica para garantizar la huelga.

No se trata de una fábrica cualquiera sino que es la planta textil más grande de Egipto y en la que los trabajadores vienen haciendo una experiencia de huelgas, luchas y movilizaciones durante los últimos años. Los textiles de Mahalla protagonizaron huelgas y levantamientos regionales bajo la dictadura de Mubarak (como en 2006 y 2008) y fueron junto a otros sectores de trabajadores, como los del Canal de Suez, judiciales y empleados públicos un componente central de las movilizaciones de enero y febrero de 2011 que terminaron con la caída del dictador. Lejos de contentarse con esto, los trabajadores continuaron realizando distintas medidas de lucha bajo el gobierno del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) que tomó el poder tras la caída de Mubarak y que mantuvo la ley de emergencia, prohibiendo las huelgas y persiguiendo y abriendo causas judiciales a los principales dirigentes obreros de la región.

La huelga de Mahalla ya generó gran simpatía, y ha comenzado a extenderse a otras regiones no solo dentro de la industria textil sino también en otras ramas. Este es el caso de la Cerámica Cleopatra de Suez donde los trabajadores se enfrentaron con el ejército y fueron reprimidos el martes 17/7 por haber ocupado una serie de edificios públicos en demanda del procesamiento del dueño de la empresa de cerámicos, que es un ex miembro del partido de Mubarak, y en repudio a la connivencia entre este y los funcionarios gubernamentales. Los trabajadores de Cleopatra habían entrado en huelga en marzo para pedir un aumento de sueldo y el pago de bonos a lo que la patronal respondió con una serie de despidos y ataques a los trabajadores, desatando la situación actual en la que le exigen al gobierno de Morsi que intervenga para garantizar el aumento de sueldos y beneficios.

Estos nuevos procesos de lucha, en lugares emblemáticos como Mahalla, podrían expresar ilusiones en que, tras el triunfo de Morsi en las elecciones del mes pasado, finalmente se cumplan las demandas más profundas de los trabajadores y el pueblo Egipcio que fueron postergadas durante la dictadura proimperialista de Mubarak y el posterior gobierno provisional del CSFA.

Los trabajadores de Mahalla hicieron pública una carta abierta a Morsi que reúne sus exigencias y donde le "recuerdan" que fueron los trabajadores y el pueblo quienes derrocaron al gobierno de Mubarak y que su lucha es la de alcanzar los "objetivos de la revolución".

La oleada de huelgas parecería estar dando una nueva dinámica a la situación en Egipto, al mismo tiempo que vuelve a poner sobre la mesa las demandas del proceso revolucionario abierto tras la caída de Mubarak.


¿Hacia una nueva dinámica en el proceso revolucionario?


La huelga de los trabajadores de Mahalla irrumpe en un escenario político dominado por los roces y negociaciones entre el gobierno de Morsi y el CSFA que tiene el verdadero poder en sus manos.

Durante los últimos meses el proceso revolucionario abierto en Egipto tras la caída de Mubarak ha venido siendo canalizado "por arriba" mediante la polarización política generada entre los Hermanos Musulmanes, que son la principal fuerza política con extensión nacional (y con lazos y redes de ayuda entre los sectores más empobrecidos del campo y la ciudad), y el CSFA que por medio de una serie de decretos y jugadas políticas dejó a la institución presidencial vacía de atribuciones y prácticamente sin ningún poder real, además de clausurar el parlamento elegido en noviembre del año pasado donde los HM y los salafistas (islamistas ortodoxos) eran la mayoría. (Ver “Abajo el golpe reaccionario del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas”).

Aunque en un primer momento pueda estar motorizado por las ilusiones generadas por la llegada al gobierno de la HM, el actual proceso de huelgas podría desatar una nueva dinámica que saque al movimiento surgido tras la caída de Mubarak del impasse en el que había entrado tras la violenta represión a las movilizaciones de fin del año pasado y el desvío que significó la puesta en marcha del calendario electoral. Este último tuvo el objetivo de llevar al proceso revolucionario hacia el callejón sin salida de tener que optar entre un candidato abiertamente mubarakista puesto a dedo por el CSFA, por un lado, y a la HM por el otro, que tiene un programa neoliberal de reformas y privatizaciones en lo económico y que en el terreno de la política exterior se propone mantener el statu quo con Israel y EEUU.

Habrá que ver la dinámica que toma en las próximas semanas, pero en lo inmediato las exigencias de los sectores que están saliendo a luchar serán un dolor de cabeza para Morsi que, como lo hizo desde el primer momento, está negociando con los militares los términos y atribuciones de su presidencia. (Ver “El ejército garantiza su poder tras el triunfo de la Hermandad Musulmana”).

En este terreno no viene teniendo mucho éxito como lo demuestra la anulación por parte del Tribunal Constitucional Supremo (digitado por los militares) de un decreto presidencial emitido por Morsi la semana pasada para restablecer el Parlamento. Sin embargo la reciente visita de Hillary Clinton tuvo el objetivo de darle el visto bueno del imperialismo al gobierno de Morsi (aunque sin desacreditar a la junta militar). Clinton se reunió con el jefe de los militares, Tantawi, para dar su “firme apoyo a la transición democrática” y a su vez visitó a Morsi para garantizar el statu quo regional y la moderación política a cambio de la posibilidad de destrabar un préstamo por 3.200 millones de dólares por parte del FMI para dar oxígeno a la arruinada economía egipcia.

Si bien existe un relativo consenso entre el imperialismo y la burguesía egipcia para que la “transición” hacia un nuevo régimen vaya hacia un “modelo turco” (donde conviven el islamismo moderado con las fuerzas armadas, que son el verdadero pilar del estado y el régimen), este intento puede quedar trunco si ante un gobierno estructuralmente débil, como el actual, y con una crítica situación económica, el proceso de huelgas y movilizaciones comienzan a acelerar la experiencia con el “gobierno islamista” reabriendo el proceso revolucionario e inaugurando un nuevo acto, donde la clase obrera vuelve a ser un factor de peso en la calle egipcia.

viernes, 22 de junio de 2012

Paraguay | Derrotar el “golpe institucional” de la derecha con la movilización obrera y popular independiente


Fernando Lugo aceptó la destitución y abandonó el cargo

Declaración del PTS de Argentina

En un juicio político cuasi “sumario”, que había sido votado el día de ayer, el Congreso dominado por los partidos de la derecha –el Partido Colorado y el Partido Liberal -, destituyó al presidente Fernando Lugo de su cargo. En su lugar asumió el vicepresidente F. Franco del tradicional Partido Liberal, que hace tiempo rompió su alianza con Lugo.

El proceso destituyente fue lanzado el viernes 15/6 aprovechando la sangrienta represión a campesinos sin tierra que terminó con la vida de 11 “carperos” y 6 policías (que Lugo reivindicó de hecho respaldando a los policías). Instituciones clave como la reaccionaria Iglesia Católica y el imperialismo yanqui, habían dado su apoyo más o menos directo al golpe de mano. No tuvo que llegar a la etapa de intervención militar ya que Lugo aceptó sin más el “juicio” y la destitución, mostrando que prefiere retirarse y dejarle el camino despejado a la derecha que desatar la movilización popular. Desde que asumió la presidencia en 2008 en alianza con el derechista Partido Liberal, Lugo dio sobradas muestras de que no iba a tomar ninguna medida que afectara los intereses de los grandes latifundistas –en particular la oligarquía sojera que se desarrolló estos últimos años, expulsando a miles de campesinos sin tierra. Su promesa de reforma agraria había despertado ilusiones en los campesinos pobres.

Sin embargo, una vez en el poder, Lugo intentó una tibia reforma que dejaba intacto el latifundio. Esto envalentonó a los grandes terratenientes que armaron guardias blancas y desataron una verdadera guerra contra el campesinado. El último servicio que le prestó Lugo al empresariado paraguayo fue la brutal represión en Curuguaty.

Cínicamente, la derecha stroessnerista, para quien la vida de los campesinos no vale nade, usó la represión como excusa para avanzar aprovechando la extrema debilidad de Lugo que prácticamente se quedó sin ningún sostén. Este “golpe blanco” busca imponer un gobierno que sin barniz “populista” responda directamente a los intereses de los terratenientes y los grandes empresarios.

La UNASUR denunció la destitución de Lugo como un “golpe institucional”. Incluso Dilma Rousseff planteó que esto puede tener consecuencias para la permanencia de Paraguay en el organismo. Sin embargo, la diplomacia de la UNASUR busca una salida consensuada con la derecha y a lo sumo, exige un proceso “justo”, lo que en última instancia terminará legitimando el golpe. Esto ya lo vimos en Honduras luego de que un golpe cívico militar derrocara al presidente Zelaya.

En ese momento, la OEA actuó como cobertura de la política golpista del imperialismo, las fuerzas armadas y los empresarios y sus partidos. A pesar de que las organizaciones campesinas se venían movilizando en repudio a la represión de Lugo, miles de manifestantes se congregaron en la plaza del Congreso y muchos más se movilizaban en el interior del país mientras se gestaba el golpe institucional. Pero Lugo mostró que no está dispuesto a enfrentar a la derecha y a los poderes a los que responde. Solo la más amplia movilización obrera, campesina y popular, independiente de todos los partidos del régimen, podrá derrotar este golpe palaciego de la derecha y sus planes de estabilizar un gobierno que pueda garantizar los intereses de los grandes empresarios, y luchar por resolver los grandes problemas del país, empezando por aplicar una reforma agraria que ponga fin al latifundio y le dé la tierra a los campesinos y terminar con la sumisión del país al imperialismo, en la perspectiva de la lucha por un gobierno obrero, campesino y popular.

Desde el PTS llamamos a las organizaciones obreras, populares y de la izquierda a movilizarnos en solidaridad con la lucha de los trabajadores, campesinos, indígenas y sectores populares del hermano país del Paraguay contra este golpe de la derecha y por una salida independiente obrera y popular.

PTS

Partido de los Trabajadores Socialistas

miércoles, 20 de junio de 2012

Egipto: Abajo el golpe reaccionario del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas



Un golpe contra el proceso revolucionario. Nuevas movilizaciones en medio de la segunda vuelta electoral
Al mismo tiempo que cerraba la segunda vuelta electoral y a dos días de que la Corte Suprema Constitucional disolviera el parlamento, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) emitió un comunicado con rango constitucional que dejaba a la figura del próximo presidente como poco más que un títere sin ningún poder real. El decreto de las Fuerzas Armadas deja a esta institución con la suma de prácticamente todos los poderes, dándole atributos para redactar una nueva Constitución -que luego debería someter a referéndum-, de manejar el presupuesto del estado y de llamar a la conformación de un nuevo parlamento en seis meses, entre otras.  
Esta jugada de los militares, que la mayoría de los analistas calificó de “golpe blando” no es ni más ni menos que un duro revés a la lucha y las aspiraciones del pueblo egipcio que hace más de un año acabó con el gobierno del odiado dictador proimperialista Hosni Mubarak, con el objetivo de aplastar el proceso revolucionario en curso y garantizar una “transición controlada” imponiendo las reglas al nuevo gobierno. Sin embargo esta serie de medidas que ya generaron un descontento generalizado, con nuevas protestas y movilizaciones en la emblemática Plaza Tahrir, están tensando la situación en extremo en medio de un resultado electoral aún incierto, donde tanto el candidato de la Hermandad Musulmana (HM), Mohamed Morsi, como el ex primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq, se han declarado ganadores, lo que podría generar una situación de extrema volatilidad en los próximos días.
La “preocupación” ante las consecuencias que pueda traer el golpe reaccionario del CSFA llegó hasta Washington y tanto Obama como la Secretaria de Estado cuestionaron las últimas medidas de las FFAA y amenazaron con quitar la ayuda militar norteamericana a Egipto que supera los 1.500 millones de dólares al año. El temor de EEUU no es el ataque a las “instituciones democráticas”, como lo demostró apoyando durante décadas a la dictadura de Mubarak y en el último año al CSFA, sino que las medidas de la junta militar, que se han pasado de la relación de fuerzas que existe en la realidad, lleven la situación al extremo volviéndola incontrolable.    

El CSFA y la Hermandad Musulmana
Desde los levantamientos de principios del año pasado que acabaron con la caída de Mubarak y la asunción del poder por parte del CSFA, los militares han intentado llevar adelante una “transición controlada” para desviar el proceso revolucionario abierto sentando las bases de un nuevo régimen con un fuerte control por parte de las Fuerzas Armadas. Durante el último año el CSFA no ha dudado en aplicar lo peor de los métodos de la era Mubarak, manteniendo el estado de emergencia, la prohibición de las huelgas, la persecución a los manifestantes y el los juicios en tribunales militares a más de 12.000 jóvenes y trabajadores.
A pesar de estas condiciones de brutal represión y persecución el proceso revolucionario abierto dio lugar a distintas huelgas importantes entre los trabajadores textiles, públicos y del transporte y también a nuevas movilizaciones que enfrentaron al gobierno militar y sus medidas. Las multitudinarias movilizaciones de noviembre del año pasado terminaron en una brutal represión y marcaron un quiebre con la salida de la Hermandad Musulmana de la Plaza Tahrir lo que le costó una fractura en su propia organización y el repudio de los manifestantes y las organizaciones laicas que acusaron a la Hermandad de estar negociando con los militares. Estas acusaciones estaban fundadas en la participación de la HM en las elecciones parlamentarias que se realizaron a fin de noviembre y en las que salieron vencedores junto a los salafistas (islamistas ortodoxos, que salieron segundos) obteniendo la mayoría en el nuevo parlamento con el 75% de las bancas.
Las negociaciones entre el CSFA y la Hermandad Musulmana no son un secreto para nadie ya que tras la caída de Mubarak, esta última es la única organización política que tiene una estructura de alcance nacional, fundada hace más de 75 años y que bajo la dictadura mantuvo organizaciones que operaban en la semilegalidad y con lazos y redes de ayuda entre los sectores más empobrecidos, en el campo y en las ciudades y pueblos de la periferia, que es donde hoy tiene su principal caudal electoral.
Es por este motivo que la HM, que hoy tiene un programa económico liberal y privatizador lejano a las demandas plasmadas en el levantamiento de febrero de 2011, se ha venido cuidando de enfrentar abiertamente al CSFA y ha buscado sacar rédito político de los golpes que el gobierno militar le daba a los manifestantes.
Pero a pesar de la posición de la HM, estos nunca fueron los candidatos “naturales” del CSFA, sino solo en última instancia, por lo que los militares se aseguraron una serie de medidas durante los últimos meses que terminaron en la actual situación.
La primera de ellas fue el proceso de habilitación “a dedo” de los candidatos para las elecciones presidenciales que se acaban de celebrar. En ese proceso “eliminaron” entre otros al candidato de los salafistas y habilitaron a Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak, lo que tan solo unos meses antes hubiera sido impensable. De hecho en las elecciones parlamentarias de noviembre los partidarios de Mubarak prácticamente no existieron.
Esto permitió “polarizar” las elecciones presidenciales, cuya primera ronda dejó como los principales candidatos a Mohamed Morsi por la HM y a Shafiq como el representante más cabal del continuismo mubarakista que se sustentó en una campaña de restauración del orden apoyado en las FFAA y en la agitación del “fantasma” islámico contra la HM.
Pocos días antes de la segunda vuelta, que se celebró el pasado fin de semana, el CSFA avanzó un paso más llevando adelante al actual golpe que disolvió el parlamento y dejó a la figura presidencial sin prácticamente ninguna atribución, con el objetivo de limitar a su mínima expresión el peso de la HM. Es decir que en el caso de una derrota de Shafiq, un hipotético gobierno de Morsi tenga que negociar desde cero sus atribuciones con la junta militar. Sin embargo, como decimos más arriba este golpe reaccionario de los militares juega en el limite de lo tolerable, no solo por lo que pierde la HM, sino ante todo porque la situación revolucionaria abierta en febrero de 2011 aún no fue cerrada y si bien este es el intento más fuerte de darle un golpe mortal, las nuevas movilizaciones expresan que un ataque por fuera de la relación de fuerzas puede abrir un escenario imprevisible e incluso más agudo si en medio de las acusaciones de fraude, Shafiq se termina proclamando vencedor.

Abajo el golpe reaccionario. Por una política independiente
La reacción ante el golpe del CSFA fue instantánea y la plaza Tahrir se volvió a llenar de manifestantes. Según diferentes medios cerca de 100.000 personas se encuentran en las calles y ante el cierre del parlamento, que está rodeado por los militares, la HM llamó a establecer un parlamento paralelo en Tahrir. Al cierre de este artículo y en medio de denuncias cruzadas de fraude, si bien la mayoría de los sondeos daban como ganador a Morsi, Shafiq también se proclamaba vencedor, a la espera de los “datos oficiales” que se darán a conocer el jueves 21/6.
Al llamado de la Hermandad Musulmana de salir a las calles se ha plegado el Movimiento 6 de abril que es una de las principales organizaciones laicas que protagonizaron las jornadas de febrero de 2011.
Es una tarea de primer orden derrotar el golpe reaccionario del CSFA. Sin embargo no se puede tener ninguna confianza en la HM, que ha venido negociando durante meses con los militares y ahora pretenderá usar la fuerza de la calle a favor de su candidatura. Hay que tener en cuenta que si bien Morsi no era el “candidato natural” de la Junta militar y de EEUU, el perfil neoliberal y privatizador de la HM le daba cierta tranquilidad al imperialismo ante la posibilidad de instaurar un “modelo turco” con islamismo moderado y un papel de control de las FFAA; al mismo tiempo que garantizaba la relación y los acuerdos con el Estado de Israel. 
La falta de entusiasmo que mostraron las elecciones, en las que participo solo el 40% del electorado, son una muestra del hastío ante dos candidatos que no pueden resolver las profundas demandas abiertas con la caída de Mubarak.
Es necesario mantener la independencia política de las distintas variantes burguesas (sean laicas o islámicas) y derrotar este nuevo golpe reaccionario con las movilizaciones en las calles y con la fuerza de la juventud y la lucha de la clase obrera, que es la que dio la estocada final al gobierno de Mubarak el año pasado.
Ninguna de las profundas demandas estructurales planteadas con las jornadas de 2011 puede ser resuelta en los marcos del capitalismo. El único camino para derrotar al ejército, a los capitalistas y al imperialismo es sellar la alianza entre los trabajadores, los jóvenes, los desocupados y los pobres de las ciudades y el campo, para preparar la huelga general insurreccional para tirar abajo al gobierno militar y sus títeres civiles e instaurar un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

20/06/2012

miércoles, 6 de junio de 2012

Egipto: multitudinarias protestas vuelven a tomar las calles





Miles de manifestantes han salido desde el último sábado a las calles en las principales ciudades de Egipto luego de haberse conocido el veredicto en el juicio al ex dictador Hosni Mubarak por el asesinato de cerca de 1.000 manifestantes durante las movilizaciones de principio de 2011 que terminaron con la caída del dictador.

El tribunal le dio cadena perpetua a Mubarak pero dejó en libertad a dos de sus hijos y a los principales jefes de seguridad que estuvieron detrás de la masacre. Esto generó una ola de indignación con nuevas movilizaciones que pedían la "ejecución de Mubarak" y justicia para los manifestantes asesinados

A pocos días de la primera ronda de las elecciones presidenciales en las que pasaron a segunda vuelta el candidato de la Hermandad Musulmana (HM) y el último primer ministro de Mubarak, las nuevas movilizaciones que cuestionan al poder judicial y piden que se reabra el juicio a los responsables, no tardaron en sumar a sus demandas la anulación de las elecciones como se vio en la multitudinaria movilización del martes 5/6. Esto muestra lo endeble de una “transición” que a pesar de los distintos momentos políticos por los que pasó durante el último año no logró cerrar el proceso revolucionario abierto con los levantamientos de principios de 2011.


La "transición controlada" y el proceso revolucionario

Tras la caída de Mubarak en febrero del año pasado asumió el poder el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) que se había "autopreservado" durante los levantamientos mostrándose como "amigos del pueblo", con el objetivo político de mantener lo esencial del régimen de Mubarak desviando el proceso de movilizaciones y huelgas obreras hacia una "transición controlada".

La reciente primera ronda de las elecciones presidenciales fue el último episodio de una serie de actos que tienen el objetivo de llevar las demandas de los trabajadores y el pueblo egipcio, surgidas durante las jornadas de enero y febrero de 2011, hacia un callejón sin salida combinando la represión y el desvío electoral que sin embargo está plagada de contradicciones y debilidades ya que el proceso revolucionario abierto el año pasado aún no fue cerrado. El CSFA mantuvo el estado de emergencia en todo el país, declaró ilegales las huelgas que se realizaron por decenas durante el último año y enjuició en cortes militares a más de 12.000 jóvenes y trabajadores que formaron parte del levantamiento contra Mubarak y las movilizaciones posteriores, mientras que por otra parte puso en marcha un calendario electoral para descomprimir que incluía las elecciones legislativas de noviembre 2011 y las presidenciales de mayo 2012.

Estas últimas "concesiones" fueron consideradas absolutamente insuficientes y la indignación volvió a explotar en noviembre del año pasado durante una serie de movilizaciones que fueron brutalmente reprimidas por el ejercito y aisladas por varias de las fuerzas políticas, como la HM que se jugaba a ganar las elecciones parlamentarias (en las que salió primero) y cuyos principales referentes se negaron a participar de las movilizaciones provocando el rechazo de los manifestantes en la Plaza Tahrir y una ruptura dentro de sus propias filas.

La derrota de la movilización de noviembre pasado y la celebración de las elecciones legislativas a fin de ese mismo mes dejó la puerta abierta para el llamado a los comicios presidenciales de fines de mayo, en las que el propio CSFA eligió a dedo a los candidatos dejando fuera de carrera a algunos de ellos, como el de los salafistas (islamistas ortodoxos, que habían salido segundos en las elecciones parlamentarias y por lo que se realizaron movilizaciones con incidentes y muertos hace poco más de un mes) y habilitando como candidato a Ahmed Shafiq, ex primer ministro de Mubarak, violando la "Ley de Aislamiento Político" recientemente votada, que prohíbe a ex altos funcionarios de Mubarak ocupar puestos públicos.


La trampa electoral

Esta situación derivó en la convocatoria a unas elecciones completamente viciadas cuya primera vuelta, el 23 y 24 de mayo, dejó a Mohamed Morsi, de los Hermanos Musulmanes y Ahmed Shafiq, ex primer ministro de Mubarak, como los únicos candidatos para la segunda vuelta que se celebraría el 16 y 17 de junio. Si bien Shafiq era el candidato respaldado más directamente por el CSFA, ambos son distintas variantes de un gobierno que garantice el statu quo con el imperialismo e Israel. El perfil neoliberal y privatizador de la HM le da cierta tranquilidad al imperialismo en vistas a un “modelo turco” con islamismo moderado y un papel de control de las FFAA.

Por esto al escepticismo frente al proceso electoral y el bajo nivel de votantes que concurrió a las urnas (44% del padrón), se sumó una dispersión de los votos entre diferentes candidatos haciendo que tanto Morsi como Shafiq hayan tenido votaciones mediocres (25% y 24% respectivamente). Por otra parte en tercer lugar, con el 22% de los votos, quedó Hamdin Sabahi, un candidato de perfil nacionalista burgués, que ensayó un discurso desafiante hacia Israel y EEUU, ganando en las tres principales ciudades del país y capitalizando una parte del electorado que participó en el proceso de 2011 y que no estaba dispuesto a votar por el continuador de Mubarak ni por el programa económico neoliberal de la HM. También quedaron fuera de la segunda vuelta Abdel Abul Futuh (18%) un disidente de la Hermandad Musulmana y Khaled Ali, que tuvo una votación marginal pero que junto con los dos anteriores se presentaba como uno de los candidatos de la “revolución”.

En este marco las nuevas movilizaciones volvieron a tomar rápidamente un cariz político y a mostrar la fragilidad de la “transición” como así también las contradicciones que deberá afrontar un futuro gobierno (si finalmente se hace la segunda vuelta) que, al no haber cerrado el proceso revolucionario iniciado con las jornadas de 2011 y al no ser visto como propio por quienes tomaron las calles y plazas durante el último año, tendrá una debilidad estructural que, en el marco de la profunda crisis económica mundial, que también afecta a la economía local, y sin posibilidades de dar grandes concesiones, difícilmente pueda revertir sin asestar importantes derrotas al movimiento.

El Movimiento 6 de Abril, uno de los principales impulsores de las jornadas de 2011, junto a distintas organizaciones está pidiendo la anulación de las elecciones e impulsando la formación de un "gobierno colegiado" que incluya a los candidatos que quedaron fuera de la segunda vuelta y a la Hermandad Musulmana pero sin Shafiq.

Es por este motivo que las nuevas movilizaciones ya empezaron a repercutir en los posicionamientos políticos de los candidatos.

Frente a esta situación y la posibilidad de que Shafiq quede descalificado por la “Ley de aislamiento político”, la HM viene participando de las movilizaciones prometiendo "hacer justicia" contra Mubarak y sus socios, mientras que Mohamed Morsi ya se juntó con algunos de los candidatos para intentar reposicionarse y sondear una nueva variante de desvío.


Por una salida independiente

Los trabajadores y el pueblo de Egipto han dado sobradas muestras de predisposición a la lucha, primero en contra de la dictadura proimperialista de Mubarak y, tras su caída, contra el continuismo y los atropellos del CSFA. A medida que se acerca la fecha de la teórica entrega del poder por parte de los militares al “nuevo gobierno” el 30/6, más se agudizan las contradicciones del actual proceso revolucionario. Las fuerzas políticas como la Hermandad Musulmana, que ha colaborado abiertamente con el gobierno militar, pero también la mayoría de las fuerzas laicas que dicen representar a la “revolución” han aceptado el calendario electoral y ahora buscan alguna variante de gobierno que terminará desviando y defraudando las legítimas demandas del pueblo egipcio.

Increíblemente organizaciones que se reclaman trotskistas como Revolutionary Socialist, afín al SWP británico, van a la cola de esta política llamando al “voto útil” contra Shafiq en segunda vuelta y pidiendo a la HM una coalición presidencial con los otros candidatos.

Ninguna de las profundas demandas estructurales planteadas con las jornadas de 2011 puede ser resuelta en los marcos del capitalismo. El único camino para derrotar al ejército, a los capitalistas y al imperialismo es sellar la alianza entre los trabajadores, los jóvenes, los desocupados y los pobres de las ciudades y el campo, para preparar la huelga general insurreccional para tirar abajo al gobierno militar y sus títeres civiles e instaurar un gobierno de los trabajadores y el pueblo.

jueves, 31 de mayo de 2012

La juventud en las calles mexicanas #Yo Soy 132




Por: Javier Lucero, Liga de Trabajadores por el Socialismo – Contra Corriente (México)

Publicado en La Verdad Obrera N° 477






El movimiento juvenil "Yo soy 132" que surgió en México como repudio a las declaraciones del candidato presidencial del PRI, Peña Nieto, y rápidamente tomó otros aspectos de las demandas democráticas más sentidas por el pueblo mexicano, se viene a sumar a los fenómenos juveniles que ya recorren América del Norte. Estos van desde los Ocuppy en EEUU (que a pesar de la situación conservadora, signada por el calendario electoral y una relativa mejoría de la situación económica, vienen realizando distinto tipo de actividades que se han extendido en el tiempo cuestionando las ganancias del "1% más rico", apoyando luchas de trabajadores y manifestándose contra la OTAN, como lo hicieron recientemente en Chicago), a los jóvenes de la provincia canadiense de Quebec que vienen llevando adelante una histórica huelga estudiantil, con movilizaciones callejeras de 250.000 personas, que ya lleva más de 100 días. En La Verdad Obrera venimos dando cuenta de estos fenómenos juveniles y estudiantiles, así como de otros similares, que con diferentes grados de radicalización, organización y subjetividad se vienen dando alrededor del mundo en el marco de una crisis histórica del capitalismo, que en Europa se ha transformado en crisis política. Estos incluyen a los jóvenes protagonistas de la llamada "primavera árabe", a los indignados y estudiantes del Estado español y al movimiento estudiantil chileno que este año ha vuelto a ganar las calles.


Presentamos a continuación un artículo de la LTS de México sobre el movimiento "Yo soy 132" y su intervención en las asambleas que se están realizando en estos días.



Durante las últimas semanas viene desarrollándose en México un importante proceso de movilizaciones juveniles contra los monopolios televisivos y el autoritarismo del PRI mostrado en la campaña electoral presidencial, que tiende encontrar eco en varios sectores de la población. La respuesta del priismo y la cobertura mediática de Televisa, intentando con declaraciones criminalizar a estos jóvenes (de escuelas para alumnos de alto nivel económico en un inicio) que se movilizan contra la posible imposición del candidato del PRI, desató en pocos días manifestaciones masivas de solidaridad con los estudiantes que pronto se convirtieron en grandes movilizaciones de decenas de miles en las calles en repudio a prácticas antidemocráticas del régimen, como no se veía en décadas en México.

Esto, en el marco de una situación reaccionaria a nivel nacional, expresada en la profundización de la militarización, y la violación a derechos humanos de la población, mientras se comprueba la relación de varios generales y otros mandos con los cárteles que dicen combatir al narcotráfico, así como la detención de ex-gobernadores del PRI y el PRD por lavado de dinero y nexos con el narcotráfico.

Es una situación marcada también por el asesinato de varios periodistas tanto en Veracruz como en otros estados del país, así como por el exilio del cura Alejandro Solalinde, amenazado por proteger migrantes y denunciar las redes de trata en que están inmiscuidas las policías locales, municipales y federales.

En este proceso electoral donde los partidos políticos gastan miles de millones de pesos en propaganda, que contrasta con las miserables condiciones de vida y los raquíticos salarios del pueblo trabajador y los millones de desempleados, una chispa bastó para encender la pradera de un movimiento juvenil-estudiantil que toma las calles del país para repudiar aspectos de este antidemocrático régimen político: las ligas de personajes políticos con los grandes monopolios de medios de comunicación, y la permisividad cómplice de las instituciones electorales.

Esa chispa fue el repudio expresado por estudiantes universitarios -en un principio de escuelas privadas pero pronto extendido a las instituciones públicas-, contra el represivo PRI y su candidato presidencial Enrique Peña Nieto, impulsado fuertemente por los monopolios mediáticos. Peña Nieto es visto como el mejor garante de los negocios de la clase dominante (en especial de los medios de comunicación) ante el desgaste del panismo (del actual presidente Felipe Calderón) y su poca funcionalidad para seguir gobernando. El represor de Atenco en 2006 (hecho por el que fue cuestionado por los jóvenes universitarios), representa al poder priísta responsable de la represión del movimiento estudiantil el “2 de octubre” del ´68, de la matanza de estudiantes el 10 de junio de 1971 y, en los últimos años, de las masacres de Aguas Blancas en 1995 y de Acteal en 1997, y recientemente, de la represión en Morelia a las Casas de Estudiantes de la Universidad del estado de Michoacán.



El movimiento y sus retos



Esta juventud que cuestiona el carácter represivo del PRI y su autoritarismo, y el papel cómplice y parcial de los monopolios de los medios en la elección presidencial, expresa el descontento potencial del pueblo pobre y trabajador de México y sacude al proceso electoral que, a los ojos de muchos, parecía terso y sin sobresaltos para llevar al PRI de regreso a la presidencia del país. Se pone a la defensiva a este partido que, recientemente como respuesta publica un “decálogo democrático” y da la bienvenida a las críticas del movimiento, en un intento por recomponer su imagen.

Este movimiento muestra un fenómeno político social donde este aspecto progresivo debe buscar desarrollarse y fortalecerse con la incorporación de todos los sectores oprimidos por el régimen de la alternancia, y por los millones de afectados por los planes de miseria impuesto por los grupos económicos que en el 2012 se aliaron contra los trabajadores.

Para ello debe evitar que el movimiento se institucionalice detrás de una salida electoral. Esto pretende el llamado del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) que encabeza el candidato de centro izquierda Andrés Manuel López Obrador a no votar por el PRI y el PAN, y cuya simpatía por el movimiento busca atraer votos para su candidatura. El mismo López Obrador viene reconciliándose con los empresarios y la iglesia, y no demanda terminar con la militarización. Incluso propone -de llegar a la presidencia-, integrar a su gabinete al represor de la huelga de la UNAM en el año 2000.

Para lograr transformaciones radicales que nos favorezcan a la juventud y el conjunto de los explotados y oprimidos de este país, debemos evitar que el potencial que ha mostrado la juventud en estas semanas, se vea contenido y encaminado hacia las urnas para institucionalizarlo y limar su programa progresivo.



Desarrollar formas democráticas de organización



El movimiento se ha extendido y llegó rápidamente a las universidades públicas, entre ellas la UNAM, donde se vienen dando pasos importantes, aunque incipientes aún en la organización del estudiantado con base en la mejor herencia legada por el CNH del movimiento estudiantil de 1968 y el CGH de la huelga de la UNAM del ’99 del cual la LTS y Contracorriente fueron orgullosos participantes; este es el método asambleario, donde se votan delegados rotativos y revocables que actúan bajo mandato de asamblea. Profundizar este mecanismo de decisión y organización, es una de las peleas que nos hemos puesto como tarea y que hemos logrado hacer avanzar desde la agrupación estudiantil ContraCorriente, los militantes universitarios de la LTS al lado de compañeros independientes.

Venimos dando también una pelea política en las más de 12 estructuras del movimiento en que participamos destacadamente (que incluye diversas escuelas y facultades de la UNAM, así como otras universidades de la zona metropolitana), para que el cuestionamiento a los monopolios de la comunicación que apuntalan al candidato del represor PRI, avance en la perspectiva de la lucha por la expropiación y nacionalización de las dos principales televisoras del país, que usan el espectro radioeléctrico nacional para sostener este antidemocrático régimen y enriquecerse a costa de deformar la realidad, en detrimento de elemental derecho democrático a la información del pueblo trabajador.

Luchamos también porque sea un eje del movimiento la independencia política de los partidos del régimen sustentado en la represión, como la sufrida por luchas como Atenco, Ayotzinapa, la Universidad Nicolaita de Morelia, y las decenas de periodistas y luchadores sociales asesinados en el último sexenio. El justificado rechazo popular al PRI y el PAN, no debe llevar al movimiento a fortalecer a uno de los partidos del mismo régimen.

Para frenar este clima represivo, de recorte de libertades democráticas y de criminalización de la protesta, es importante conquistar espacios de reflexión, organización y resolución independiente de las instituciones y mecanismos de control del potencial democrático y revolucionario de la juventud que cuestiona el actual orden de cosas.

Es necesario poner fin a la militarización, por lo que seguimos intentando poner en pie un movimiento nacional de lucha contra la militarización del país y el castigo a los policías y militares asesinos de la población. Y que demande la libertad de todos los presos políticos y la presentación con vida de los desaparecidos.

Unido a esto, llamamos a movilizar contra la precarización, desempleo, y por el acceso irrestricto a la educación pública superior a los hijos de los trabajadores.

Pero la apuesta para ganar en esta lucha es la de la masificación del movimiento, para lo que hacemos el llamado a impulsar un gran Encuentro Nacional Estudiantil que abrace la necesidad de soldar la más fuerte solidaridad de estudiantes y trabajadores para enfrentar al enemigo común: el régimen y sus embates contra nuestros derechos.

A la par de dar estas luchas políticas, dentro de las asambleas hemos planteado la necesidad de que este movimiento tenga una perspectiva internacionalista y se solidarice con los jóvenes y el movimiento estudiantil estadounidense, canadiense, chileno y del Estado Español, pronunciándose en apoyo a los mismos y en contra de la represión de la que vienen siendo objeto.


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Claves:

- El 11/5 el candidato presidencial del PRI (Partido Revolucionario Institucional, que gobernó México desde 1930 hasta el año 2000) Enrique Peña Nieto fue repudiado por un grupo de estudiantes durante un acto en la Universidad Iberoamericana. El candidato del PRI descalificó a los estudiantes diciendo que eran "acarreados" e "infiltrados".

- Al día siguiente 131 estudiantes de la Iberoamericana subieron un video a internet con sus nombres y número de credencial como respuesta a las descalificaciones de Peña Nieto.

- En la semana del 13 al 20/5 se realizaron diversas movilizaciones bajo la consigna "Yo soy 132"

- En los días siguientes una multitudinaria movilización repudió la "desinformación" de los medios masivos de comunicación

- Desde el sábado 26/5 se vienen realizando asambleas en colegios y facultades de todo el país











martes, 22 de mayo de 2012

Quebec: entre movilizaciones y represión se cumplen 100 días de huelga estudiantil



Gran manifestacion nacional 22 de marzo

El conflicto estudiantil en la provincia Canadiense de Quebec contra el aumento de las matrículas parecía estar entrando en una impasse tras el rechazo masivo de los estudiantes a las negociaciones con el gobierno  y la posterior renuncia de la ministra de Educación Line Beauchamp.

La renuncia de Beauchamp, luego del fracaso de las negociaciones y el aumento de las movilizaciones callejeras, fue seguida por la asunción como nueva ministra de Educación de Michlelle Couchesne, mano derecha del Primer Ministro Charest, que ya había ocupado ese cargo unos años antes mostrando su política de ajustes en la educación y oposición a las huelgas. El nombramiento de Couchesne vino a reforzar la política de represión y persecuciones a los estudiantes en huelga que se viene desarrollando en las últimas semanas pero que se agudizó en los últimos días.

Si bien al principio parecía que Couchesne solo iba a hacer una maniobra para suspender el trimestre en universidades y terciarios, y de esa manera intentar quitar sustento al movimiento separando al activismo y los manifestantes de los centros educativos (y su base de reunión), la verdad es que desde el gobierno se inició un giro represivo contra los estudiantes. Este giro se vio coronado el viernes pasado con la aprobación de la ley especial 78 que judicializa la protesta educativa poniendo multas a quienes convoquen a movilizaciones, generalizando los arrestos, prohibiendo participar de las marchas con el rostro cubierto e imponiendo la obligación de informar a la policía, con ocho horas de anticipación, la realización y la ruta de cualquier manifestación en la que participen 50 personas o más.


28 noches de descontento

Manifestación St-Danie Montreal

Ayer se cumplió la jornada número 28 de protestas nocturnas que se vienen incrementando en número de manifestantes y enfrentamientos con la policía. Las marchas nocturnas que se iniciaron como una forma más de protesta se radicalizaron en los últimos días contra la aprobación de la ley 78 que al restringir las protestas permite a la policía establecer un virtual "toque de queda" reprimiendo y encarcelando manifestantes. Es por eso que la violencia policial se incrementó los últimos días con 69 presos en la marcha del sábado (que terminó con enfrentamientos callejeros hasta las 2 de la madrugada) y 300 arrestos en la movilización nocturna del domingo.

Como señala una de las crónicas de la marcha del domingo: "manifestantes y policías comenzaron un interminable juego del gato y el ratón en las calles del Quartier Latin. A penas eran dispersados, los grupos se reunían y comenzaban a marchar. Las personas que se encontraban en las terrazas las veían pasar con temor o curiosidad. Algunos los abucheaban y otros mostraban su apoyo. Pequeños grupos se mantuvieron en las calles hasta pasadas las 2:30 am (...) Los dos campos se fueron formados en varias oportunidades en las esquinas de la calle St-Denis y Ontario, donde se formaron barricadas gracias a un material de construcción que había disponible. Los manifestantes lanzaron piedras y botellas por largo rato. Los policías por su parte, realizaron arrestos masivos que dieron lugar a 275 interpelaciones. Otras 30 personas fueron detenidas de forma individual. Como el sábado, el escuadrón antidisturbios de la Sûreté du Québec hizo temer a varios manifestantes". (http://noticiasmontreal.com/)

La ley aprobada por el gobierno de Charest que pretende apostar a la represión para acabar con el movimiento le podría estar jugando en contra, como ya lo demuestran la intensificación de los enfrentamientos de las marchas nocturnas y la publicación de encuestas que señalan que más del 50% de la población rechaza la ley 78 por considerarla "muy severa" e ineficaz para dar "una solución al conflicto estudiantil". Es decir que la vía represiva de Charest en realidad podría dar lugar a una vigorización (e incluso una radicalización) del movimiento y una renovada solidaridad por parte de otros sectores con los que han venido luchando juntos en estos meses.


100 días de huelga y una "marea humana" en las calles de Montreal

Manif 22 mai

Hoy (22/5) una gran movilización, que según los medios llegaba a los 250.000 manifestantes, inundó las calles de Montreal al cumplirse los 100 días de huelga estudiantil. Esta manifestación estaba convocada por las tres principales asociaciones estudiantiles (la FEUQ, la FECQ y la CLASSE), y es apoyada por las principales centrales sindicales y movimientos sociales y comunitarios. Esta sería la tercer gran movilización luego de las marzo y abril que llegaron a reunir entre 250.000 y 300.000 personas.

La CLASSE había anunciado ayer que no iba a reconocer la ley 78 y por lo tanto no iba a anunciar el recorrido de su marcha a la policía como un gesto de "desobediencia" y también está convocando asambleas para el fin de semana en las que se discuta la forma de "reconducir" el conflicto durante el verano.

La brutal represión del gobierno de Charest, la ley de emergencia y las maniobras para no retroceder en el aumento de las matrículas debe ser enfrentada con la mayor unidad en las calles con los trabajadores, jóvenes y pueblos originarios como se ha venido realizando en distintos momentos de la lucha durante los últimos 100 días. La multitudinaria movilización del día de hoy es una muestra de que es posible. De esta forma en las próximas semanas quizás podamos ver como de la "primavera del maple" se pasa a lo que algunos analistas están empezando a llamar "el verano caliente" de Quebec.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Histórica huelga estudiantil en Quebec





Reportaje a Erik Hurtado, corresponsal desde Québec y miembro del journal Contre le courant.


¿Cuáles son las principales demandas de los estudiantes y qué acciones se vienen llevando a cabo desde que empezó el movimiento?

La demanda principal del movimiento, y la que se ha planteado como condición sine qua non para levantar la huelga, es la vuelta al congelamiento de los cargos de escolaridad (costo de la matrícula). Es decir, la abolición inmediata del alza de 1778 dólares en siete años que representa un 82% de aumento con respecto al costo actual. De todas formas no se trata de la única demanda ya que el movimiento ha llamado la atención sobre una serie de puntos que hacen a la actual crisis educativa en la provincia y sobre los cuales ha tomado posición. Por ejemplo, el movimiento ha dicho que solo la gratuidad escolar puede solucionar la situación de pobreza en la que vive la inmensa mayoría de estudiantes, al mismo tiempo que sólo así se garantiza la accesibilidad a la educación. Se ha cuestionado además que se den subvenciones multimillonarias a los grandes empresarios (que bajo el actual gobierno liberal han llegado al record de 6 mil millones de dólares, lo que dan juntas las provincias de Alberta y Toronto) mientras se recorta el presupuesto en salud y educación. Por su parte la organización estudiantil la CLASSE señaló que si se volviera a cobrar impuestos a las empresas financieras (que fueron eliminados por el actual gobierno de Jean Charest), se podría garantizar la totalidad de la gratuidad educativa.
Por otra parte también se han denunciado los malos manejos de las universidades quebequenses que se encuentran con un endeudamiento sin precedentes. Lo que sucede es que las universidades son gestionadas como empresas privadas, donde el Consejo de Administración se forma en una mitad con los elegidos del gobierno. Los fraudes y la corrupción de la mala gestión se muestran por ejemplo en los casos donde las universidades abren campus “satélites” que terminan costando mucho más de lo que se calcula al inicio, o en el caso de los altos salarios de funcionarios y de gastos estratosféricos en publicidad.
Si bien el movimiento se aglutinó alrededor de la lucha contra el alza de las matrículas, ha ido cuestionando el conjunto de las políticas gubernamentales que sólo benefician a los patrones y que afectan al pueblo trabajador. Por ejemplo, también se ha luchado contra el aumento de las tarifas de los servicios públicos, como la electricidad que va a aumentar en un 100% o el llamado boleto de salud que pasará de 100 a 200 dólares (lo que se ve como un atentado a la salud pública universal conquistada en la provincia). Además, se ha luchado junto con los pueblos originarios contra el llamado Plan Norte que pretende explotar recursos naturales y minerales en territorios pertenecientes a estos pueblos, subvencionando a las empresas inversionistas y empleando como mano de obra barata a los mismos pobladores. De igual manera, el movimiento ha participado en marchas y actividades de los trabajadores que resisten los lock-outs patronales, como los de Aveos o Rio Tinto-Alcan.
El movimiento también ha denunciado la brutalidad policíaca, la represión, la persecución y el acoso policiaco contra sus miembros. Hasta hoy se cuentan 1492 estudiantes arrestados y sujetos a procesos penales o a multas administrativas.
En fin, podríamos decir que el movimiento ha cuestionado al gobierno, al régimen y los pilares del poder de la burguesía en Quebec.


¿Cómo está organizado el movimiento estudiantil? ¿Cuáles son las organizaciones que lo dirigen y que diferencias existen entre ellas?

El movimiento estudiantil está organizado por medio de sindicatos. Cada facultad cuenta con su propia asociación sindical, y estás pueden tener varias asociaciones modulares dependiendo del número de carreras, ciclos superiores, etc. Hay dos federaciones estudiantiles que abarcan cada una a los ciclos pre universitarios, colleges y universitarios. Estas federaciones han estado históricamente influenciadas y ligadas al Partido Quebequense que es el partido clásico de la burguesía francoparlante. Por tanto siguen la lógica de este partido que se opone al alza de la matrícula como “oposición oficial”, pero que se pronuncia por un aumento que sea consensuado. La CLASSE funciona como otra federación pero es en realidad una Coalición ad hoc que se ha reunido con el objetivo de impedir el alza a los costos de escolaridad. Está formada por asociaciones que se han desafiliado de las federaciones en el último período y por la ASSE (Asociación sindical por una solidaridad estudiantil) que rompió por izquierda con las federaciones al calor de las huelgas y del movimiento anticapitalista del año 2001. Esta coalición reivindica como principios el sindicalismo de combate, la acción directa con diversidad de tácticas, la democracia directa y el feminismo. Esta es la más combativa de las tres y se mantiene independiente de los partidos patronales, con una fuerte influencia anarquista.
Existe una cuarta asociación llamada la Tabla de concertación de estudiantes de Quebec, que es minoritaria. Todas estaban representadas en las negociaciones con el gobierno por sus respectivos presidentes, salvo la CLASSE que se reivindica horizontal y que no tiene presidentes, sino un Comité ejecutivo colegiado y portavoces.


¿Cuál es la relación del movimiento estudiantil con otros sectores sociales y con los trabajadores?

Desde el principio, el movimiento se relacionó con sectores que resisten a los planes antipopulares y antiobreros de Charest. Así, en el bloqueo de la bolsa de valores, se actuó junto a la Coalición contra el alza y la imposición de tarifas de los servicios públicos, que reúne a varios organismos populares y a organizaciones sindicales de todo Quebec.
Como decíamos arriba, el movimiento confluyó en la lucha contra el Plan Norte con diversos grupos y representantes de los grupos originarios de Quebec. Con ellos se marchó el día que Charest y el ministro de migración Federal lanzaban con bombos y platillos el salón del empleo y las conferencias sobre dicho plan. La represión no se hizo esperar y 85 camaradas fueron detenidos durante el primer día.
El movimiento apoyó también la marcha organizada por los trabajadores afectados por el lock-out del gigante del aluminio Río Tinto-Alcan en la localidad de Alma y la CLASSE desplazó su congreso hasta allí para este efecto.
En ese sentido se ha tratado de coincidir con cada fecha conmemorativa. Por ejemplo el 15 de marzo, día que de lucha contra la brutalidad policíaca y los asesinatos de jóvenes a manos de la policía, el movimiento confluyó con varios sectores que llevan adelante esta lucha democrática. Por otra parte, para preparar el 8 de marzo (día de la mujer) la CLASSE organizó una semana feminista donde hubo muchas y variadas actividades. También el 1 de mayo los estudiantes marcharon junto a sindicatos, organizaciones anticapitalistas, colectivos pro derecho de los inmigrantes, etc.
Inclusive, desde la CLASSE ha salido una iniciativa para llamar a organizar con trabajadores y otros sectores, una huelga social (que abarca a varios movimientos de huelga de diversos sectores) contra el gobierno liberal, que lamentablemente no se ha concretizado aún. Pero todas estas iniciativas que hemos mencionado de manera no exhaustiva hablan de cómo la huelga estudiantil ha servido como catalizador del descontento popular.


¿Cuál viene siendo la reacción del gobierno?

El gobierno ha intentado dos veces engañar al movimiento con la trampa de las negociaciones. Las ha utilizado sin ninguna intención de resolver el conflicto sino para desacreditar las demandas estudiantiles ante la opinión pública y para intentar romper la huelga. Así, la primera vez expulsó a la CLASSE de la mesa de diálogo bajo el pretexto de que ésta alentaba la violencia en las manifestaciones. Ésta última vez (el sábado 5 de mayo) logró arrancar el compromiso a los representantes estudiantiles de que se hiciera pasar el acuerdo por las asambleas, lo que en los hechos busca dividir a los huelguistas en su interior. Al mismo tiempo es una provocación grosera que quiere abrir la puerta para que los anti-huelguistas regresen en masa para votar a favor de su propuesta y terminar así la huelga. De esta manera está motivando a los estudiantes opuestos a la huelga a que se organicen y se movilicen (éste lunes 7/5 se realizó la primera marcha de los anti huelguistas bajo el lema: “bloqueemos la huelga!”). Queda claro que el gobierno usa todos los medios para aislar, desacreditar y romper la huelga, y desafortunadamente las direcciones han caído en su trampa.
Esto lo han hecho porque con la represión, las detenciones, los procesos penales, las órdenes judiciales que impiden los piquetes y los bloqueos de cursos o que buscan obligar al regreso forzado, no han podido doblegar al movimiento.


¿Cuales son las perspectivas luego de la última reunión entre la ministra de educación y las principales organizaciones estudiantiles del sábado pasado?

Las asambleas han venido rechazando esta nueva trampa del gobierno porque no resuelve para nada el fondo del conflicto. Pero además, se ha expresado una sana tendencia hacia la desconfianza a las negociaciones amañadas. El movimiento tiene que obligar a los representantes a rechazar cualquier acuerdo, como el salido de ésta última negociación, que se oponga por el vértice a la demanda principal de abolir el alza. La mayoría, creo, se da cuenta de que esto es una lucha frontal contra el gobierno y que es contra él y los ministros reaccionarios que lo conforman, contra quienes se tienen que apuntar las baterías. La caída de Charest producto de la movilización estudiantil, obrera y popular, podría dar forma a lo que se ha empezado a llamar “le printemps d’érable quebecois”*.

Desde el journal de lutte Contre le courant, venimos insistiendo en el hecho de que la democracia directa (discusión asamblearia, elección libre de delegados, libertad de discusión y de propuestas con derecho a voto) que reivindica el movimiento tiene ciertos límites. El primero son las organizaciones estudiantiles, ya que los comités ejecutivos hacen la mayoría de las propuestas dejando poco espacio para la discusión de la base. Segundo que hace falta establecer la revocabilidad y rotación de los y las delegadas, y que haya obligación de rendir cuentas a las bases. Y, tal vez lo más importante, hace falta un organismo horizontal que pueda ser corolario de lo anterior y que además centralice la lucha. Es por ello que hemos propuesto la formación de un Consejo General de Huelga que sirva en éste sentido. Pero al mismo tiempo estamos seguros que serviría también para ampliar la participación de los más de ciento cincuenta mil huelguistas, para hacer frente a la represión, y para tener representantes que respondan a los mandatos de las bases frente a las negociaciones. Por otra parte, sobre este tema, se tendría que establecer ciertos principios como el hecho que sean negociaciones públicas, con representantes de cada federación o coalición y que se desarrolle sin compañeros como rehenes (es decir, exigiendo como condición la anulación de los cargos penales y administrativos). Al mismo tiempo hemos hecho hincapié en el hecho de que hace falta construir un frente común con los sectores que luchan y resisten los planes del régimen provincial y federal, como hemos mencionado anteriormente. La CLASSE debería convocar a un Encuentro de sindicatos de estudiantes, de trabajadores y de organizaciones sociales y de los pueblos originarios para sentar las bases de una lucha común.


* Es un juego de palabras en francés que refiere a la primavera árabe (printemps árabe) a la que se le compara con esta primavera de lucha en Quebec a la que se le llama primavera de maple (printemps d’érable) por el famoso sirop d’érable (miel de maple) que se produce aquí por la abundancia del árbol de maple.


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